En relatos nos propusimos recoger el testimonio de personas que se relacionan con el Instituto a través de la grabación en audio de sus palabras, así como la conformación de un buzón digital en el que se pudiese enviar un texto o una nota de voz. Las grabaciones en audio fueron realizadas por parte del equipo de trabajo en espacios como el casino y el patio del Instituto, así como en cafeterías y casas del vecindario. Para la formación del buzón digital creamos un código Qr que dirigía a un formulario en internet en el que podían entregarse los relatos, el cual imprimimos y pegamos por el edificio y sus alrededores.
La sala 5 fue la primera sala en la que disfruté el IMUS. Volvíamos de estar en pandemia por 2 años, y no conocía el Instituto. Cuando volvieron las clases híbridas, sólo teníamos un par de clases presenciales, y esa fue la instancia en la que por fin tuve clases ahí. Pero como sólo iba por 1 clase al día, nos quedábamos con amigos/compañeros dentro (que también veníamos recién conociendo, por lo mismo). Por alguna razón, escogimos quedarnos en la sala 5, y fue entonces la sala que nos acogió por esos 4 meses app (desde agosto a fin de año). Casi no había gente en el IMUS, éramos sólo nosotros 4 siempre, tocando y cantando, riéndonos y conociéndonos. Viendo (algunos de nosotros) un piano vertical por primera vez, etcétera. Todas estas eran cosas que no habíamos podido hacer hasta entonces, cuando ya estábamos finalizando nuestro segundo año de carrera.
El baño
de hombres es tan chiquitito
que hay que turnarse entre lavarse los dientes y orinar por
la privacidad de los compañeros quienes utilizan el urinal que está
al lado
del lavamanos
Recuerdo la bienvenida mechona que nos dieron el primer día, yo un alumno de licenciatura recuerdo ver a kike king dándonos la bienvenida, dándonos consejos y explicándonos muchas cosas, ahí fue cuando dije "Ojalá este profe me haga clases" y efectivamente pasó este segundo semestre, cosa que aún digo "que capo este señor". Luego de eso fue la bienvenida mechona pero de parte de los alumnos del Imus, y para mi fue algo espectacular, muy emocionante, encontré genial todo lo que nos hicieron, fue un recorrido que aparte de divertido, nos enseñaban historia, y lo mejor de todo fue terminar en la sala C, todos saltando, cantanto a todo pulmón y casi desplomando el piso por canciones populares de 31 minutos y la guitarra de lolo.
Sala 8: Aún recuerdo la sensación de victoria y la felicidad del momento, viví mis primeros años de lectura musical online y cuando se abrió la posibilidad de realizarlo de manera presencial (híbrido), preferí quedarme resguardado en casa ya que este ramo fue particularmente difícil para mí, pase por nervios, enojos y risas, pero nunca me olvidaré del último examen que dí, 3 docentes y la ayudante de ese momento, viendo cómo mi libertad se abría paso a paso o tal vez no, por qué lo bonito que solfee y lo entonado, se me había corrido un semi tono en cada salto 💀, por lo que mi esfuerzo solo fue para que sonara bonito (mentira) y para no morir en el intento. Se pasó lectura. Pensé que sería la persona más feliz del mundo, pero pucha que extraño ese ramo.
Es difícil quedarme con meramente una instancia particular, ya que, a lo largo de mis años de estudio, el instituto se ha manifestado como medio de varias alegrías y penas. Por ende, apelo a todas las instancias que se daba de manera natural, una conectividad entre todas las personas en el Patio. Ya sea a través de las típicas canciones que sonaban día a día. Boleros, valses, cuecas, y diferentes canciones populares que otorgaban una verdadera banda sonora a la vida universitaria en el imus. Cabe destacar, de igual forma, las instancias de compartir entre todas las amistades, donde no paraban de salir las carcajadas. Ya sea luego de diversas clases, evaluaciones, o meramente por el hecho de compartir si se nos daba la oportunidad.
El Imus lugar donde más que música conviven personas con intereses parecidos, dentro de esta gran diversidad de gustos e ideales. Esta casona en particular da la oportunidad de conocer y ubicar a cada uno de los y las estudiantes que participan activamente en el instituto, si no fuera por esto creo que la característica conducta del músico sin vergüenza al que dirán no se desarrollaría de tal manera al igual como las relaciones entre pares
Quizás lo que más extrañare del imus es el patio con las palmeras y la araucaria que me hacian sentir paz y ayudaban a socializar y conocer las experiencias de mis compañeros de pedagogia e interpretación
Estaba en el patio junto a mis compañeros luego de la primera prueba auditiva con el profesor Miró, cosa que me afectó demasiado jsksjs, cuando escucho un crujir sobre mí, sabía que habían hojas de palmera y ramas sueltas, así que retrocedí instintivamente justo antes de que la rama cayera justo donde estaba parado
Recuerdo que en el Aula C me enamoré de alguien, alguien a quien nunca le había hablado. No sabía su nombre ni de qué año, sólo sabía que quería acercarme a él.
Los mejores años de mi vida, los pasé aquí <3.
todas las clases me gustan mucho :)